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Éder Nicolás Araújo, Comunicaciones RTVC

Éder Nicolás Araújo, Comunicaciones RTVC

Muchas veces, creemos que el universo nos pertenece, y cuando nos damos cuenta de las verdaderas realidades de la vida, es cuando descubrimos que ni siquiera somos dueños de nuestros nombres. Tampoco del nombre de nuestros hijos, aunque creamos ser los inventores de ellos.

En el mundo todo es de todos, o nada es de nadie. Sin embargo, en medio de esas cavilaciones, sin dudas, es muy hermoso sentir que lo que es de uno, puede ser también de los demás. Entre más se comparte más se siente la inmensa alegría que lo acerca a uno a la felicidad.